Más allá del FOMO: vacaciones con sentido
Una invitación a romper con la productividad constante y redescubrir el valor de lo cotidiano.
Hace unas semanas estaba en una aula con alumnas de 4º de ESO y hablábamos de la importancia de la toma de decisiones y la presión social. Durante el debate, una alumna explicó el concepto de FOMO “fear of missing out”, que quiere decir miedo a perderte algo o no estar enterado de lo último. Reconocían que lo que más les angustia en el fondo es la hiperconexión en las redes sociales y el ansia de intentar abarcar todo. Es una realidad que no solo afecta a los adolescentes sino a todas las edades.
Esta ansiedad tiene mucho que ver con la obsesión por la productividad tan presente en las sociedades modernas, donde el valor personal se mide muchas veces por la cantidad de tareas realizadas o por el número de lugares visitados y que rápidamente hemos de publicar. Lo efímero se convierte en urgente y lo profundo y esencial queda relegado en un segundo plano, por no decir sepultado.
Viktor Frankl decía que lo más importante del ser humano no es la búsqueda del placer, sino el sentido de la vida como motor fundamental. ¡Recuperemos unas vacaciones con sentido, rompamos el ritmo acelerado y redescubramos lo esencial!
El verdadero descanso no se logra necesariamente viajando lejos o visitando los lugares más exóticos o de moda, sino aprendiendo a ver lo maravilloso de lo cotidiano: una conversación sin prisa, un paseo sin rumbo, leer una novela sin tiempo, desayunar sin prisa, contemplar una acrobacia de los niños… No saber desconectar del trabajo, de las redes sociales, del WhatsApp… implica no saber conectar con lo esencial: con uno mismo, con el cónyuge, con la familia y con Dios. Reconocer y gestionar el FOMO es clave para redescubrir la importancia del descanso profundo.
Vamos a viajar para volver a casa.
Dolors Vidal
Departamento de Psicopedagogía
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